La misión de "El Diario"
La misión de "El Diario", era otra columna en la que también se
delineaba sobre lo que debería ser este periódico. Expresaba:
"La acción de la prensa se deja sentir con mayor eficacia en ciertas situaciones
agitadas en que la conciencia pública se halla expuesta a funestos extravíos. Todo
cambio o renovación de los poderes públicos engendra corrientes pasionales que si no se
las sabe dirigir, arrastran a las muchedumbres a los precipicios de la locura política,
tan desastrosa para el desarrollo progresivo de las nacionalidades.
La prensa es un instrumento poderoso para fijar los rumbos del pensamiento al través
de las masas y cuando ella se mantiene en las elevadas alturas que le señala su benéfica
misión, constituye una especie de sistema nervioso que conduce a las últimas
estratificaciones sociales las sensaciones de todo lo que es laudable, progresista y
patriótico.
En una época en que la prensa representa el cuarto poder del estado y encierra el
móvil de todos los ideales políticos y sociales, aparece este diario con el propósito
de ofrecer al periodismo boliviano el contingente de sus esfuerzos en la común labor de
la defensa de la justicia, el sostenimiento del derecho y el desarrollo de nuestras
industrias, mediante eficaz propaganda tendente a la atracción de capitales extranjeros.
Enterados como estamos de la irresistible sugestión que produce la prensa en el ánimo
de las clases populares, venimos con los más sanos propósitos para servir sus intereses,
encauzar y hacer marchar la opinión en una dirección determinada y fija, capaz de
conducirla a la posesión de la verdad y del acierto; por esto procuraremos inspirarnos en
las aspiraciones públicas, rectificando sus errores con un criterio justiciero y
desapasionado.
Nuestra fisonomía y tendencias se hallan perfectamente bien definidas. Levantamos una
bandera que contiene el lema de la paz, el trabajo y la armonía nacional, por eso hemos
de luchar a fin de que desaparezca de nuestro país el regionalismo que se presenta como
síntoma precursor de un verdadero estado patológico que amenaza destruir el organismo de
la colectividad boliviana.
Ardientes partidarios de las prácticas democrático-republicanas, deseamos que los
partidos políticos fijando sus rumbos, ingresen a la próxima contienda electoral, sin
más armas que el patriotismo y el buen sentido, únicos elementos capaces de garantizar
el acierto en la elección; en esta virtud y animados de este laudable propósito
trabajaremos porque el pueblo adquiera la plena conciencia de sus derechos y de sus
deberes políticos, a efecto de que la función electoral sea debidamente llenada con
honradez y buena fe. De esta manera habremos organizado los poderes públicos en
condiciones de que constituyendo la expresión de la soberanía nacional, marchen
gobernantes y gobernados de perfecto acuerdo en el camino del engrandecimiento moral,
intelectual y económico de Bolivia.
Descartando este aspecto político, no olvidaremos que la misión civilizadora de la
prensa, debe dirigirse a ilustrar la opinión pública, respecto a problemas filosóficos,
sociales, jurídicos y económicos que actualmente se debaten en las capitales europeas.
Tratándose pues de un diario con ideales por demás honrados, no nos impulsa otro
deseo que el de cumplir con un deber sagrado, luchando porque la patria boliviana ocupe el
puesto que le corresponde en el concierto de las naciones civilizadas.
Esta empresa no es de lucro, ni tiene por objeto halagar la opinión buena o mala de
los que con el pago de sus suscripciones contribuyan al sostenimiento del periódico; pues
en tal caso, frustrados quedarían nuestros anhelos y lejos de derramar la luz de la
instrucción y la simiente de la moralidad en la inteligencia y el corazón del pueblo,
esparciríamos las densas nieblas a toda sociedad a una segura decadencia.
Con este programa ligeramente bosquejado EL DIARIO hace su aparición".